Los faros de coche son una idea verdaderamente brillante por razones obvias, y también son un objeto de diseño que llama la atención. A diferencia de los de metal y vidrio del pasado, los actuales están hechos de plásticos resistentes que pueden moldearse creativamente en multitud de formas. Podría decirse que iluminan la imaginación.
Además del foco principal, el faro de un vehículo tiene un intermitente y una luz de población o posición, para que sea más visible a los coches que circulan en la dirección contraria durante el día.
Faros de coche
La mayor parte de las piezas del faro, están hechas de varios tipos de plástico moldeado inyectado. Una máquina derrite pelets e inyecta la masa en el molde apropiado para hacer una pieza en concreto. Las lentes están hechas de policarbonato transparente, un plástico resistente a temperaturas extremas de frío y calor.
El proceso de moldeado estresa al plástico, para eliminar ese estrés, se mete en un horno durante 20 minutos. Cuando la lente sale, se frota con un trapo antiestático, se inspecciona bien la superficie, y un robot pulveriza la lente con un revestimiento protector.
Esto impide que se arañe y se astille, además de evitar que se amarillee por su exposición diaria a los rayos uva. Para que el revestimiento fragüe, la lente pasa por un túnel de horneado durante otros 20 minutos. Esta pieza moldeada por inyección es el reflector del foco principal de los faros de coche.
Está hecho con poliester reforzado con fibra de vidrio, los bordes se lijan para quitar el exceso de material. Luego se lava la pieza con agua y jabón para eliminar el residuo de poliester que deja el lijado. Seguidamente, meten el reflector en una cesta para lavado, que se introduce en una máquina muy similar a un lavaplatos.

Después un robot pulveriza un revestimiento de pintura base, al principio es claro, pero se vuelve amarillo tras pasar por un horno. Vamos ahora con el proceso de 20 minutos que hace que el reflector refleje.
Para ello se utiliza una cámara de aluminización. En su interior, un dispositivo hace girar el reflector sobre su eje y alrededor de unos electrodos de cobre situados en el centro de la máquina.
Una carga eléctrica aplicada a los electrodos genera calor, el cual, vaporiza un cable de aluminio enrollado en una espiral de filamento de tungsteno. Este se convierte en un polvillo en suspensión que se deposita uniformemente sobre toda la superficie del reflector.

Ahora montan el faro, empezando por la caja que está hecha de polipropileno moldeado por inyección. Después de instalar el reflector para la luz de día, el reflector del foco de coche principal se coloca utilizando pivotes y tornillos para que la altura del foco sea ajustable.
Atornillan ahora el reflector del intermitente, que también está hecho de plástico aluminizado. Luego un robot aplica silicona caliente que impide que el agua, el polvo y los insectos penetren en el interior de la caja.
Colocan este montaje en la máquina de adhesión de las lentes, también ponen la lente del foco principal. Ahora se conecta tanto a la lente del intermitente ámbar como a la lente de la luz de población.

Luego, la parte superior de la máquina baja y sujeta estas piezas con tornillos, una bombilla halógena se enrosca en el casquillo del reflector del foco principal por la parte trasera de la caja. La bombilla tiene dos filamentos para las luces cortas y las largas.
A continuación se insertan bombillas halógenas para el intermitente y la luz de día, lo último es enfocar el reflector del foco principal. La máquina indica que tornillos se deben ajustar para colocarlo en la posición correcta. Esta es la configuración de fábrica, que luego los fabricantes pueden modificar antes de instalar los faros en un vehículo.
Este modelo se engancha a un cableado procedente del vehículo, sin embargo con algunos faros de coche sucede lo contrario, y llevan un cableado interno que se conecta al coche. Sea como sea, es muy fácil cambiar una bombilla fundida en caso de necesidad.