Las fosas sépticas son la solución perfecta para tratar las aguas residuales in situ y a pequeña escala. No esperabais oírme decir eso verdad, no es el momento de hacer chistes escatológicos, porque cuando la naturaleza te reclama, siempre puedes confiar en una fosa, incluso en las viviendas que no están conectadas a una red de alcantarillado.
Estas fosas sépticas son contenedores de hormigón con unas tapas de acceso en la parte superior, el tratamiento de los residuos ocurre en cámaras separadas en el interior de la fosa.
Fosas sépticas
Se usan unas barras metálicas para formar un refuerzo en el interior de la estructura de hormigón. Un soldador ensambla las barras para formar una jaula, utilizando unas pinzas de presión para alinearlas, antes de soldar por puntos el refuerzo con una soldadora MIC.
La jaula soldada mantendrá las paredes de la fosa de hormigón, el soldador mide las diagonales de la jaula para comprobar que es rectangular. Después utiliza espaciadores que mantendrán la jaula centrada en el molde, a la misma altura del suelo de la estructura.
Una grúa se encarga de introducir la jaula en un encofrado a medida, hecho de planchas de acero de alta resistencia, las paredes se cierran alrededor de la estructura, y se fijan con unas cerraduras reforzadas.
La grúa también mete los núcleos de acero que formarán las paredes interiores de las cámaras de la fosa. Insertan un tubo de plástico rígido en un manguito de caucho, creando un conducto entre las cámaras. Con un soplete de oxiacetileno cortan las aberturas de acceso en la jaula de refuerzo.

El molde permite que el hormigón fluya por debajo y por encima del refuerzo, y sitúan las cubiertas de las aberturas en la losa. Vierten 5.000 litros de hormigón húmedo en el molde para formar las paredes exteriores e interiores y el suelo del depósito.
El hormigón se consolida utilizando una aguja vibradora que elimina las bolsas de aire, la parte superior de las paredes se nivela a mano. Una hormigonera echa hormigón en una tolva para verter la mezcla sobre el refuerzo superior. Unos bloques de hormigón impiden que las tapas de plástico floten en el hormigón húmedo.

Utilizan el vertedor de la tolva para dirigir el flujo de mezcla, mientras vierten el hormigón en el molde, lo consolidan con una aguja vibradora, la parte superior de la losa se alisa y se nivela con una llana.
Al día siguiente, la losa ya ha fraguado y está lista para retirar el encofrado, ahora desbloquean las paredes, y sacan los núcleos con una grúa, y utilizan un sistema de aire comprimido para que se separe de la fosa de hormigón.
La grúa ya puede llevarse el núcleo para limpiarlo, cepillan la parte superior de las paredes y también barren el suelo de la fosa. Ahora colocan caucho butílico sobre toda la pared exterior para sellarla herméticamente. Otra grúa eleva la losa para sacarla de su encofrado y llevarla hasta el de la fosa.
La grúa baja lentamente la losa hacia la fosa, sobre la que es alineada con las paredes para que quede correctamente sellada. La fosa se marca para indicar su capacidad. Ahora ya pueden abrir el molde y mostrarnos la fosa terminada.

El manguito de caucho moldeado dentro de la pared asegura una unión hermética entre la fosa y la tubería que llevará las aguas residuales desde la vivienda. Un camión se encarga de llevar la fosa terminada a la vivienda, el operador baja la fosa hasta el suelo usando una grúa con brazo articulado accionado por control remoto.
Una fosa séptica como esta es capaz de proporcionar a una vivienda de tres dormitorios un sistema de alcantarillado totalmente independiente. Esta fosa séptica siempre estará lista cuando más necesites usarla.